Durante la celebración del ofertorio, cada uno de los grupos parroquiales ofertó al Santísimo objetos significativos y que ayudan a la proclamación de la fe como el grupo de padres y matrimonios, ayuda a la parroquia como el grupo de limpieza, culto al Santísimo como el grupo de culto nocturno, ayuda a los más necesitados como el grupo de Caritas Interparroquial... Don Juan quiso agradecer a todos estos grupos su implicación en la parroquia para que la fe, la convivencia y la ayuda al prójimo se conviertan en el centro de la vida cristiana de Santa Ana.
Al finalizar la misa, los asistentes plantamos unos granos de trigo en señal del cultivo de la fe. Un simple gesto que simboliza que con un poco de cada uno de nosotros se puede cultivar un gran campo de fe.
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